Cuando tengas un día de esos en que piensas "¡odio mi trabajo!", haz lo siguiente:
En el camino de vuelta a la casa desde el trabajo, para en una farmacia y ve hacia donde están los termómetros. Tienes que comprar un termómetro rectal de Johnson & Johnson. Asegúrate de escoger ese modelo y esa marca.
Cuando llegues a casa, echa el pestillo, baja las persianas y descuelga el teléfono para que nadie te moleste durante tu sesión de terapia.
Ponte ropa muy cómoda, como un camisón o pijama ligero y acuéstate en la cama.
Abre el paquete y saca el termómetro. Ponlo con cuidado sobre el buró para no romperlo. Toma el termómetro que estará todavía dentro de su caja y léelo. Encontrarás en letra pequeña la frase: "La calidad de cada termómetro rectal fabricado por Johnson & Johnson ha sido verificada personalmente".
Ahora cierra los ojos y repite en voz alta al menos cinco veces: "Estoy contento de no trabajar en Control de Calidad de Johnson & Johnson..."
Después ríete y recuerda siempre que hay trabajos mucho más ingratos que el tuyo...
En el camino de vuelta a la casa desde el trabajo, para en una farmacia y ve hacia donde están los termómetros. Tienes que comprar un termómetro rectal de Johnson & Johnson. Asegúrate de escoger ese modelo y esa marca.
Cuando llegues a casa, echa el pestillo, baja las persianas y descuelga el teléfono para que nadie te moleste durante tu sesión de terapia.
Ponte ropa muy cómoda, como un camisón o pijama ligero y acuéstate en la cama.
Abre el paquete y saca el termómetro. Ponlo con cuidado sobre el buró para no romperlo. Toma el termómetro que estará todavía dentro de su caja y léelo. Encontrarás en letra pequeña la frase: "La calidad de cada termómetro rectal fabricado por Johnson & Johnson ha sido verificada personalmente".
Ahora cierra los ojos y repite en voz alta al menos cinco veces: "Estoy contento de no trabajar en Control de Calidad de Johnson & Johnson..."
Después ríete y recuerda siempre que hay trabajos mucho más ingratos que el tuyo...
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