viernes, 26 de septiembre de 2008

El juramento

Un antiguo emperador chino hizo un día un solemne juramento: "..conquistaré y borraré de mi reino a todos mis enemigos.."

Poco tiempo después, los sujetos sorprendidos vieron al emperador chino de paseo por los jardines imperiales con sus peores enemigos, riendo y bromeando..

Pero.. ¿no juraste borrar de tu reino a todos tus enemigos..?, preguntó un cortesano.

El emperador contesto: ".. en efecto los he borrado, los he hecho mis amigos.."

Mirando atrás, es difícil creer que estemos vivos (solo para mayores de 35 años)

Nosotros viájabamos en carro sin cinturones de seguridad y sin bolsas de aire.

No tuvimos puertas, armarios o envases de medicina con tapa a prueba de niños y anduvimos en bicicleta sin casco, sin contar con que viajamos de aventón (autostop).

Pasamos horas construyendo avalanchas (tablas con ruedas) para bajar por las pendientes y sólo entonces descubríamos que nos habíamos olvidado de ponerle frenos; después de chocar con algún árbol, aprendimos a resolver el problema.

Salíamos de casa por la mañana, jugábamos todo el día y regresábamos cuando se encendían las luces de la calle. Nadie podía localizarnos, no había teléfonos celulares. Nos rompíamos los huesos y los dientes y no existía ninguna ley que castigara a los culpables, eran accidentes; ni nadie a quien culpar sólo a nosotros mismos. Tuvimos peleas y nos caímos de boca muchas veces y aprendimos a superarlo. Comíamos dulces y tomábamos refrescos (gaseosas), pero no éramos obesos; compartimos las botellas de refrescos y nadie murió por ello. Estábamos siempre al aire libre, corriendo y jugando.

No tuvimos Playstation, Nintendo 64, 199 canales de televisión, películas en cd, sonido surround, celulares, computadoras ni internet; nosotros tuvimos amigos. Quedábamos de vernos con ellos y salíamos. Ibamos en bicicleta o caminando hasta su casa y llamábamos a la puerta y nos íbamos a jugar allá afuera, nosotros solos en el mundo cruel. ¡Sin ningún responsable!... ¿cómo lo logramos..?

Jugamos con piedras, palos y balones de futbol improvisados; comimos semillas y aunque nos dijeron que pasaría, nunca nos crecieron en la tripa ni tuvieron que operarnos para sacarlas; y bebíamos el agua directamente de la llave sin embotellar.

En los juegos del colegio, no todos participaban en los equipos y los que no lo hacían, aprendieron a vivir con la decepción; sin consultar a un consejero escolar o psicólogo. Algunos de los estudiantes que no eran tan brillantes como otros, repitieron curso; no había exámenes extraordinarios.

Eramos responsables de nuestros actos y asumíamos las consecuencias, no había nadie que resolviera eso; la idea de algún padre protegíendonos si transgredíamos alguna ley era inadmisible.. ¡ellos protegían las leyes!!

Nuestra generación produjo algunos de los mejores innovadores, grandes inversionistas de riesgo, creadores de soluciones e inventores. En los últimos 50 años ha habido una explosión de innovaciones y de nuevas ideas. Tuvimos libertad, fracaso, éxito y responsabilidad y aprendimos a lidiar con ello.

Si tu eres uno de ellos, ¡felicidades!.. hay otros que no tuvieron la suerte de crecer como niños, antes de que los abogados y los gobiernos regulasen nuestras vidas, claro... para nuestro propio bien...

jueves, 18 de septiembre de 2008

Para aquellos que no disfrutan con su trabajo

Cuando tengas un día de esos en que piensas "¡odio mi trabajo!", haz lo siguiente:

En el camino de vuelta a la casa desde el trabajo, para en una farmacia y ve hacia donde están los termómetros. Tienes que comprar un termómetro rectal de Johnson & Johnson. Asegúrate de escoger ese modelo y esa marca.

Cuando llegues a casa, echa el pestillo, baja las persianas y descuelga el teléfono para que nadie te moleste durante tu sesión de terapia.

Ponte ropa muy cómoda, como un camisón o pijama ligero y acuéstate en la cama.

Abre el paquete y saca el termómetro. Ponlo con cuidado sobre el buró para no romperlo. Toma el termómetro que estará todavía dentro de su caja y léelo. Encontrarás en letra pequeña la frase: "La calidad de cada termómetro rectal fabricado por Johnson & Johnson ha sido verificada personalmente".

Ahora cierra los ojos y repite en voz alta al menos cinco veces: "Estoy contento de no trabajar en Control de Calidad de Johnson & Johnson..."

Después ríete y recuerda siempre que hay trabajos mucho más ingratos que el tuyo...